lunes, mayo 15, 2006

"Shilenitos", "Jaguares" o "Ja-guarenes"


¿“JAGUARENCES” O “JA-GUARENES”?
(¡¡¡Ja, ja, ja!!!, jaguar que te vas de Chile)

"Es un gran necio
Un estupido engreido
Egoista y caprichoso
Un payaso vanidoso
Inconciente y presumido
Falso
Malo rencoroso
Que no tiene Corazón"
Son la 19:30 horas de una tarde de otoño y neblina que se viene silenciosa invadiendo con su oscura humedad el terminal de buses de una ciudad de provincia del centro-sur de Chile. En los altoparlantes se escucha una canción de esas así como bien sentidas, cantada al parecer por Rocío Jurado o alguna pechugona de su género que habla de un ser “estúpido engreído, egoísta y caprichoso...” y otras sutiles lindezas. Los asientos al estilo de los bancos de plaza todos “asientados” con escolares, señoras con paquetes y bultos con sus compras en la ciudad de vuelta a sus pueblos, sombreros cordobeses con sus ocupantes debajo dormitando; ruidosas entran y salen por el gran portalón las gigantescas casas rodantes que conducen a sus provisorios habitantes a lejanas ciudades, como telón de fondo el ruido de las cascadas de dinero que caen desde los luminosos, titilantes y musicales tragamonedas rodeados de niños, de vagos y de perros en espera de agarrar un puñado de éstas. Parte del resultado del sufrimiento de todo un pueblo para nuestros tiempos o niñitos “la alegría ya llegó”.

Mientras aguardo el bus que me llevará hasta mi hogar a orillas del mar, suelo escuchar habitualmente canciones como las de “la Rocío” o las de “la Isabel Pantoja” y las que por obligación he aprendido a disfrutar. Me sucedió con las del mexicano Marco Antonio Solís, quien pasó rápidamente de un: “¡Qué tipo más cebollero y “sufrimientoso”!” a: “Me conseguiré alguno de sus discos” en unos pocos meses (“Cómo nos cambia la vida”, suele decirse por allí y “Gustos son gustos”, decía una viejecita chupándose los mocos)

Hoy día he llegado hasta el Terminal a eso de las 18:10 horas y me he acercado a la ventanilla para averiguar a qué hora “sale algo hacia la costa”: “A las siete y media” ha sido la respuesta...Inmediata cara de pescado, ¡púa! A esperar una hora y media, saco un libro de mi mochila, los infaltables compañeros libros y me lanzo a leer. De vez en cuando levanto la vista y ella viene allí, magnífica, imponente...la diosa a veces se viste de mujer, otras de adolescente, de mujer mayor; pero siempre poderosa...se muda de sonrisa, de ojos, de rostro, de cuerpo, de ancas, de aromas y de humedades; pero a través de sus ventanas nos contempla siempre inmortal...ella la inalcanzable, eterna...”¡Qué misterio es la mujer Patrón!” decía Zorba el griego...”¡Qué misterio!” me digo, siempre es la misma, lo mismo y siempre inmensa, misteriosa y desconocida...libros y mujeres, dos de las cosas más importantes del mundo...”Libertad, Patrón, es lo más importante” acota Zorba desde el cielo: “sin ésta los libros y las mujeres se transforman en cárceles, sólo la libertad es libre y sin dobleces”.

¿En qué estaba?

¡Ah, sí!, estaba sentado leyendo; de pronto caminando por el andén se acerca una de mi alumnas, una de “las chicas de tercera edad” con un par de bolsos en sus manos, no me ha visto...de súbito ¡¡¡BROOOMMMM!!!! se aparece el bus que nos llevará, ¡¡¡¡BROOOMMMMM!!!! nuevamente, luego un ¡¡¡CHHHHHHHHSSSSS!!!, tremendo frenazo y sale desde las entrañas del monstruo un chorro de aire a presión que levanta el polvo...me paro rápidamente acercándome hasta la puerta para subir, de improviso desde los costados, como hormigas se abalanzan los niños de escuela de trece, catorce, quince y más años que desean también encaramarse, se llevan por delante y aprietan contra la entrada a la señora setentona con un mal de Parkinson que le dificulta los movimientos y le nubla el entendimiento y a quien me he acercado a ayudar con sus bultos. Queda atracada entre “los fierros” y los niños que quieren pasar primero, les digo, “Dejen subir niños”, nada, ¿qué es dejar subir? Se encaraman algunos, luego la señora y yo con sus bolsos y desde atrás empujando otros niños, señoras, guaguas y un río de gente que desafiando las leyes de gravedad se chorrean dentro del bus, masa humana casi líquida, humeante y sudorosa, con sus olores a chicle, a chupetín de recreo, colonia barata, harina tostada, llantos y risotadas; abajo una bolsa de gallinas, campesina medusa emplumada espera que la suban al maletero junto a un televisor de treinta pulgadas.

Juventud, siempre inconsciente, bárbara; en nuestros días más que nunca. Ahora que me empiezan a salir bolsitas blanditas de viejo bajo los cachetes, estos enanos me parecen insoportables. A diferencia de los que se olvidan de lo que hacían ellos, recuerdo perfectamente lo que hacíamos nosotros: me pregunto cómo no nos echaban abajo los choferes de las Pila-Cementerio en que nos movilizamos en ese tiempo, cómo nos soportaban con nuestras risotadas y “al Gino” con sus flatos y eructos con los que lanzaba unas frases muy divertidas “¡¡¡CHOOOOFERRRR, ME SIENTO MUYYY MAAAL!!!!”, ¡¡¡“PARE POR FAVOOORRRR!!!“ unos soberanos pelotudos.

Cómo nos aguantaba “El Piolín”, el profe de inglés al cual torturábamos lanzándole el borrador de tiza apenas daba vuelta la espalda para escribir sus “pastenses” en esos tiempos de polvorosas pizarras; cuando le gritábamos “¡¡¡PIOOOOOLÍÍÍNN!!!!” en cuanto enfilaba con su cabezota y su metro y medio hacia su casa de niño pobre en la Villa Francia frente al liceo allá en Avenida 5 de Abril...”¡¡¡¡PIIIOOOOLLLLÍÍÍNNN!!!!”

Paisito de psicópatas y desalmados

Pero sin ponerle ni quitarle, ni decir una cosa por otra, me parece que la barbarie ha ido in crescendo; me suele suceder cada dos por tres en el viaje inverso a la ciudad por las mañanas, ver como una señora con un bebé e incluso dos ha quedado de pie en el pasillo: hombres, niños, mujeres jóvenes mirando hacia otro lado haciéndose los lesos, la señora se bambolea, el bus a toda velocidad por los cerros, curvas y más curvas de esas que lanzan los desayunos y los almuerzos de los inexpertos y noveles navegantes por el suelo, más bamboleos se vienen y cuando usted cree que pasó “lo peludo”, a toda velocidad se aparece “La vuelta de la Nariz”, una curva en U cerrada y en subida, ¡¡¡¡Uahhhh!!! suele escucharse de vez en cuando, ¡fuera las galletas y la leche de la recién tomada mamadera!, luego el viento que azota la cara cuando los intoxicados viajantes abren las ventanas para refrescarse y la madre y los bebés siguen en el pasillo en medio de otros veinte pasajeros de pie, todos aromados con el clorhídrico ácido de los jugos estomacales del bebé y su quesillo desparramado sobre los viajantes.

Ahora aparezco yo, su servidor ¡El Chapulín Colorado!...desde atrás llamo a la señora,: “¡Señora, aquí hay un asiento!”...atrás es bien atrás, en el último asiento al medio, mi regalón, en donde puedo estirar las piernas en estos buses de asientos para gente jibarizada, será que ahora los hacen chiquitos porque los shilenos estamos cada vez más shiquitos (de corazón), más shiquitos (de cerebro), más shiquitos de (conciencia)...a propósito de chiquitos de cerebro ¿por qué no preguntarán un poco antes de implementarse las medidas en el transporte?

La señora entonces atraviesa entre pies, paquetes y piernas por el pasillo hasta llegar al fondo, ¡increíble, nadie le ha dado el asiento!

Vamos a lo del transporte…

En Buenos Aires

Allá todo es un despelote, nadie respeta a nadie, nadie respeta a los semáforos, cada cual hace lo que quiere, para los conductores no existen los pasos de cebra, el casco de los motoristas se usa (pero en el brazo) y aún así ¡maravilla! Los colectivos (las micros) funcionan, ¡el transporte público funciona! en un país en donde casi nada funciona.

Cada línea de buses pintada del mismo color por décadas (uno los reconoce a dos cuadras), el mismo número, el mismo paradero, las mismas frecuencias y cosa curiosa los usuarios hacen fila uno detrás del otro ordenaditos (increíble en donde todos pasan por arriba de los demás y “el que no es argentino es turco”) y si usted es nuevo en la ciudad entonces se compra un plano que tiene los recorridos y en dibujitos aparecen “los colectivos”, y calle por calle por donde pasan, dan ganas de llorar de la emoción...

Un ejemplo para los supuestos jaguarences…¿o mejor será ja-guarenes*?

Hace unos años cuando supe que en nuestro “Santiago de Shile” a los cerebros del Ministerio de Transporte se les había ocurrido implementar los cobradores automáticos en los buses me dije: ”¿Máquinas con monedas en calles en donde hay dos o tres filas de micros en las que la gente culebrea para subir?, ¿usar en nuestra realidad máquinas con las que hay que esperar unos segundos que pueden llegar a veces a minutos entre cada monedita y que se imprima el boleto y así con cada uno de los que suben y otros despelotes anexos normales en este procedimiento y todo en “vivo y en directo” en las micros santiaguinas, vicisitudes que seguramente usted conoce mejor que yo, ya que no vivo en “la capital” hace más de una década?, ¿Cómo se usarían eficientemente las benditas máquinas en tal batahola y desbarajuste?, ¿se imagina pagando a una de esas señoras que como que se ponen la micro, enormes, cetáceas, las que se quedan trancadas al lado del chofer resoplando, así como varadas?, ¿en plena Alameda y el Paseo Ahumada?

Mi abuelo, de viejo y cegatón armado con sus lentes tipo Jack Nicholson solía ayudarlas a subir empujándolas desde la retaguardia: “¡Ay caballero, por Dios!”, “¡Ay señora!” decía el picarón manoteándolas. Para el que crea que no tenía a su vez lo suyo, cuando viajaba en el tren al sur, cada dos por tres las amigas que se conquistaba le comían el pollo del cocaví al pobre cuando se dormía y hasta le tomaban el vino...¡se habrá visto frescura tal!

“Quien a hierro mata, a hierro muere” suele decirse.

Volvamos a los “cerebros” del Ministerio

Bueno el tema es que hace unos años antes de las máquinas cobradoras pintaron a todas las micros de amarillo, así quedaron todas iguales y es virtualmente imposible diferenciar a simple vista a las unas de las otras, ¿camuflaje u homogeneización se llamará el principio que usaron?, ¿para qué hicieron esto?, ¿para confundir al huevonaje?

Si les hubiesen preguntado a los sistemas de transporte en que se usan cobradores automáticos, como por ejemplo a nuestros vecinos y por qué no a la gente chilena del consulado, de seguro se habrían ahorrado hacer gastar al cuete a los micreros por las máquinas boleteras, y pintarlas de amarillo al cuete y por el Transantiago capaz que igual al cuete...si era tan simple...dejar que cada cosa se ordene por su color, por sus recorridos naturales y así de a poquito de manera “biológica”, podando por aquí y por allá con respeto y caminando airosas tal como lo hacían las Pila-Cementerio, las Recoleta-Lira y otras, tendríamos probablemente un buen sistema de transporte...

Con mi idea de la responsabilidad funcionaria y obligación solidaria por los desaciertos cometidos los ministros habrían estado pagando hasta el año 4500 por las maquinitas y hasta el 5800 por los canarios con ruedas...pero como siempre paga Moya, siempre pagará usted.

¡¡¡¡Vote por mí, Juan para presidente!!! (y le advierto que daría mi sueldo a un organismo de beneficencia y nada de sobrecitos bajo la manga) pues el servicio a la nación es un honor, no es un motivo de enriquecimiento, eso se llama “patriotismo”, ¿patriota empieza con h...de hueveta?, ¿cómo el Tomboleta o cómo es que se llamaba el sinvergüenza ese?

Portalianos

Por aquí cerca conozco a uno medio emparentado con el Tata que se pagó por años un sueldo como encargado de deportes virtual en una municipalidad, por lo que sé nunca hizo algo en su labor de papel, la que era sólo para cobrar a fin de mes.

Concertacionistas o ¿el pueblo al poder?

Los que de seguro se hicieron la América fueron los pintores de autos pintando a todo el parque de buses como a canarios; luego en tiempos más modernos el que sin duda “la cortó con un hacha” fue algún avivado que con el soplo que le han dado fue de los primeros que ha importado las máquinas para vender boletos, casi podría asegurar que si se investiga aparecerá el primo o el compadre de alguno de los del gobierno como alguno de los importadores. Cómo andaremos con los buses del Transantiago, servirán para algo las incómodas y monstruosas cuncunas unos años más tarde?, ¿quién se habrá llenado de plata en este caso?

Curvas, montañas y Cuesta La Dormida

Me acordé de uno un PPD supuesto defensor de los derechos de los desvalidos, una vez supo que la Cuesta se pavimentaría, él and his family se apresuraron a comprar terrenitos “a precio de huevo”, los que en una década se multiplicaron por quinientos. Gracias a Dios una vez se ha sacado la cresta en el camino, se le han compuesto un poco los sesos, sino pobre Shile...se habrían hecho poco los terrenos...

Lily Marlen

Otro día la sigo, ahora me voy a escribir sobre los neonazis y su derecho garantizado a creer en una ideología intrínsecamente perversa que considera a todos menos a ellos como razas inferiores, como a simples animales para hacer jabón y monederos con su piel y a eso lo llaman libertad de opinión y de conciencia...y no se olvide que los que lo defenderán de ellos son los mismos de las máquinas de vender boletos en los buses, los canarios con ruedas y el Transantiago, igual de irresponsables, descuidados e ineficientes y que se llenan de plata ellos y sus parientes con los cargos públicos.

Y como siempre pondrán como chivos expiatorios a un cabito de cuarta por aquí y otro por allá y me pregunto ¿y la Colonia Dignidad que ha sido aguantadero de nazis de esos de verdad desde hace décadas?, ¿y Nueva Acrópolis “neofascista y paramilitar” según el Informe sobre Sectas del Parlamento Europeo avalada como corporación cultural por el Estado?

A propósito ¿de qué vivirá el Marco Antonio Pinochet, trabajará en algo?, ¿o lo hará de los puros ahorritos?

¿Sabía usted que Augusto Pinochet Vera (padre) y sus negocios habría estado en la lista del gobierno norteamericano de empresas simpatizantes de nazis por allá por los años treinta y así como él muchos de los que en nuestros tiempos pasaron por demócratas?
Juan Contreras Bustos


En el PC se escucha:

“Cayó la noche negra, noche sin luna
Se fueron las estrellas llegó la bruma
El mar mece los botes como una cuna
Y al horizonte viajan trenes de espuma
Vistió la vieja noche mujer, su negra saya
Y se perdió la Aurora sobre tu playa
Y se perdió la Aurora sobre tu playa.

Como tus negras trenzas el mar en calma
Como tu cuerpo quieto, la arena blanca
Asómate a la noche, enciende el fuego
Mira que nos acecha el frío ciego
No quiero estar desnudo mujer en noche fría
Esperaré a tu abrigo que llegue el día
Esperaré a tu abrigo que llegue el día.


Y se perdió la Aurora sobre tu playa.”

Inti Illimani


*Guarenes: ratones de alcantarilla.